sábado, 2 de marzo de 2013

Laguna del Moral

Las cumbres nevadas de las sierras de Grazalema, Ubrique y Ronda han reclamado para si este puente del Dia de Andalucía a turistas y paseantes, con lo cual he decidido encaminar mis pasos hacia la Laguna del Moral y otros enclaves cercanos al arroyo Pasadallana.
Las copiosas lluvias y el paso del ganado vacuno han perjudicado notablemente el estado de los senderos que dan acceso a la laguna. El primer tramo que transcurre por la pista forestal en la zona de bujeos próxima a la casa forestal de La Sauceda marca lo que será la constante de todo el paseo. El aire procedente de las nevadas cumbres que se disponen enfrente hace que la sensación térmica caiga bastante a las 8:30 y haya que recurrir a la ropa de abrigo que no soltaremos en todo el trayecto.

La laguna está completamente llena, y de hecho está rebosando copiosamente por la zona sur. Las aguas de un color negruzco por la acumulación de barro de las escorrentías, se irán tornando de un bonito verde esmeralda a medida que entre la primavera y se alejen las lluvias.
No obstante sigue siendo un lugar mágico, como de cuento en el que nos deleitamos en la quietud de sus aguas y los reflejos y juegos de luces que las ramas de los alcornoques hacen en su superficie. Puede parecer que en algún momento aparecerá entre las aguas la figura de la mítica Dama del Lago.
A la vista del estado del sendero, tomo la decisión de seguir la cerca que comienza junto a las ruinas de las casas de Los Dornajos y que desciende hasta la pista forestal que da acceso al cortijo del mismo nombre.
Dejo a la izquierda el núcleo de La Sauceda y las Casas de las Huesas y me encamino hacia  la pista interior de La Sauceda por el margen izquierdo del arroyo Pasadallana. El agua coore por todos los regueros y anima de nuevo los canales excavados en la roca arenisca que servían de ánima a los molinos de la zona.
Una vez alcanzada la pista, el camino transcurre por el lado sur de la misma, de nuevo en dirección a la casa forestal de La Sauceda. En toda la mañana, no me crucé con un alma, excepción de una pareja que a caballo accedían a una de las fincas ganaderas que da acceso la pista interior. Imagino que todo el mundo estaría disfrutando de las cumbres nevadas que desde este enclave se divisaban en el horizonte.

sábado, 25 de agosto de 2012

San Ambrosio, una ermita paleocristina del siglo VII entre Vejer y Barbate.




La Ermita de San Ambrosio, situada en el camino de San Ambrosio, término municipal de Barbate, reúne valores de diversa índole.

Se trata de un edificio fruto de superposiciones materiales correspondientes a momentos culturales diversos, cuyos orígenes se remontarían, al menos, a época romana, según se deduce de las recientes investigaciones que han detectado en su espacio la existencia de una posible villa romana.

Es posible caracterizar fundamentalmente la actual Ermita de San Ambrosio como resultado de la fundación de una ermita paleocristiana sobre posibles restos de la referida villa, con reformas significativas visigóticas y mudéjares. Se trata de uno de los escasísimos ejemplos, en el sur de la Península, de basílica de origen paleocristiano respondiendo al esquema de nave única y ábside rectangular. Ello unido a la existencia de un baptisterio y a la pervivencia de restos de tumbas de posible datación visigótica explica el valor de la ermita como ejemplo y testigo de la arquitectura de dicho período. Al margen de ello, cabría reseñar valores asociables a elementos concretos de la construcción heredada, como los capiteles de las columnas de la nave, el trazado de la puerta de acceso a esta nave desde el nártex, con arco de herradura apuntado enmarcado por el alfiz y escudo y óculos superiores, o el propio fragmento de la columna sobre la cual se halla tallada la inscripción que documenta la fundación de este edificio, actualmente depositado en la Ermita de la Oliva.



Asimismo, destaca el escudo eclesiástico perteneciente al Obispo Pedro Fernandez de Solis, declarado Bien de Interés Cultural, en virtud de la aplicación de la disposición adicional segunda de la Ley 16/1985, de 25 de junio, del Patrimonio Histórico Español.

Dicho escudo está realizado en bajo-relieve sobre sillar de piedra arenisca. Presenta forma cuadrilonga puntada, con el campo ocupado por un sol figurado, timbrado de capelo, guarnecido de dos cordones pendientes a ambos lados, hasta formar cada uno nueve bolas puestas en orden descendente.



La edificación principal de la Ermita de San Ambrosio consta de una nave única estructurada mediante cuatro arcos fajones apuntados de ladrillo, sobre los que se sustentaba una cubierta a dos aguas con viguería de madera, tablazón y teja. Coincidiendo con los apoyos de los arcos, se adosan a los muros perimetrales sendas columnas, de diámetros desiguales y rematadas superiormente con cimacios de nacela, excepto las dos más próximas al ábside, con capiteles de orden compuesto, probablemente de origen romano.

A los pies de la nave descrita se define un nártex, mediante la inserción en la construcción principal de un muro interior con puerta. La cabecera se remata con un ábside rectangular, subdividido a su vez en un espacio central, correspondiente al presbiterio, y sendos ámbitos laterales correspondientes a una posible cripta y al arranque de una torre, hoy muy deteriorada.

El muro que separa el presbiterio de la nave, resuelto mediante sillarejos y ripios, representa un gran arco ojival central, con sendos medios arcos de descarga laterales. Tras el ábside se sitúan los restos de una alberca o piscina, posiblemente correspondiente a un baptisterio y, según algunos autores, a una villa romana anterior.

El acceso desde el nártex, cubierto mediante un solo faldón con caída hacia el oeste, se realiza a través de un muro en el que se abre un hueco de herradura apuntado, enmarcado por un alfiz y rematado por un escudo, ejecutado en fábrica de sillares de arenisca. Por encima del faldón de cubierta, hoy desaparecido, el muro se remataba con un frontón triangular con un óculo central abocinado y un reloj de sol en el vértice superior.

Los muros perimetrales de esta nave única, que presentan dos hojas yuxtapuestas, comprenden la fábrica original de sillarejos visigoda, hasta la altura de los cimacios, y a partir de éstos se prolongan muros de tapial y los arcos fajones ya descritos. El pavimento actual presenta una cota muy superior a la del basamento original de las columnas, como parecen revelar las proporciones aparentes de los fustes y de algunos huecos.

Esta construcción principal se completa con una capilla lateral de planta cuadrada, situada al norte, anexa a la nave y con acceso actual desde el exterior. La capilla, que albergó hasta hace escasos años una imagen de San Ambrosio, se construye mediante muros de mampostería, rematados con una bóveda ochavada sobre trompas simples en fábrica de ladrillo. Ambas construcciones, nave principal y capilla lateral, definen hacia el este los límites de un atrio actualmente delimitado por los restos de los muros, incluyendo en su frente oeste dos dependencias posiblemente correspondientes a la vivienda del ermitaño, así como a un horno de planta circular dispuesto en el espacio libre del atrio.

En el flanco norte del atrio se intercalan otras casas o chozas, análogas a las situadas en el entorno inmediato a este atrio, hacia el norte. En este ámbito se encuentran igualmente restos de dos posibles tumbas, aparentemente similares a los de la vecina finca del , investigados y publicados en 1980.

Texto: Cadizpedia

Fotos: Opta Photos

lunes, 13 de diciembre de 2010

Ocuri








A 2 kilómetros de la localidad de Ubrique, en la Sierra del Benalfí, en un lugar conocido como el Salto de la Mora, desde el que se controla y domina el paso natural hacia Benaocaz y la Manga de Vilaluenga, se encuentra el yacimiento arqueológico de Ocuri, con importantes restos de edificaciones romanas, así como vestigios de épocas anteriores, concretamente íbera.
LA PRESENCIA ROMANA EN OCURI:
Una vez finalizada la contienda entre Cartago y Roma, esta última, tras ser vencedora, comienza el proceso de romanización. En la Sierra de Cádiz y en los alrededores de Ocuri, en las prospecciones arqueológicas que se han realizado se han encontrado al menos 10 yacimientos que pueden ser considerados como villae o asentamientos de tipo rural. Sin embargo, por la documentación y datos de los que dispones, ninguno parece ser anterior al siglo I d.C., excepto en Ocuri que presenta restos cerámicos, siglos II y I a.C., que constituye el único argumento hasta ahora para poder atestiguar la presencia romana en esta etapa.
La mayoría de los asentamientos indígenas estaban sometidos a un tributo territorial (civitates stipendiarias). Según Plinio, en su Historia Natural, la Bética estaba comprendida administrativamente por cuatro circunscripciones o conventos jurídicos, cuyas capitales eran Écija, Córdoba, Sevilla y Cádiz. Ocuri, perteneciente seguramente al convento gaditano, quedó como ciudad estipendiaria de Roma hasta época Flavia, en la que se le concede el derecho latino. Sin embargo, tres inscripciones honorarias, dos dedicadas a los emperadores Antonio Pío y Cómodo, y una tercera dedicada a la difunta sacerdotisa de las divinas augustas, nos hablan de Ocuri como Municipio.
CIUDAD Y TERRITORIO:
los asentamientos rurales en época romana, siglo I y II d.C. fundamentalmente, debieron tener una vinculación directa con Ocuri, centro neurálgico del territorio, que a su vez tenía vínculos con ciudades de alrededor y otras más alejadas. No se puede hablar de grandes explotaciones ni de concentración de tierras en pequeña y mediana propiedad. Las villaes, dispersas unas de otras, eran de construcciones modestas.
El medio físico ha permitido que haya una explotación ganadera extensiva y una agricultura de subsistencia con aprovechamientos de recursos forestales. Entre las cinco o seis villas de las prospectadas se encuentran relacionadas con esta dinámica económica. Sí existe una villa señorial, construcción asociada a la fabricación de tégulas y ladrillos. Se encuentran otras más que no pueden fecharse por motivos concretos del territorio, a excepción de alguna como La Bovedilla a escasos metros de Ocuri, que sí ofrece una cronología fiable perteneciendo al siglo IV d.C. Durante el siglo III d.C. puede que Ocuri fuese abandonado progresivamente. En estas fechas no se podía hablar ya de la ciudad romana que había sido en los siglos I y II d.C., al desintegrarse la vida urbana que se produce en los territorios del Imperio y concretamente en la Bética.
MUESTRA DE ASENTAMIENTO IBÉRICO:
existen algunos materiales arqueológicos dispersos por el yacimiento que por su tipología parecen adscribirse a época prerromana, ibérica concretamente, cuya presencia se encuentra documentada por 35 fragmentos de cerámica ibérica pintada, adscrita a un ibérico pleno, aunque se han encontrado también del ibérico antiguo. La decoración siempre es pintada respondiendo a un esquema geométrico simple compuesto fundamentalmente por bandas concéntricas rojas y negras.
Debido a los escasos registros, poco se puede saber sobre la cultura material y la cronología relativa a la comunidad que habitaba en Ocuri desde antes del siglo VIII a.C. prácticamente hasta nuestra Era. Piensan que la evolución no pudo ser muy diferente a la del resto de comunidades de la zona y que los fenicios se hicieron sentir. No está muy claro el grado de relación que tenían entre la población indígena y la foránea. Entre el siglo VIII y VI a.C. debieron introducirse nuevos cambios tecnológicos como cambios en los patrones urbanísticos, el torno de alfarero, la metalurgia del hierro, nuevos cultivos como la vid y el olivo, y el desarrollo de las relaciones de dependencia. Se cree que hubo relación del interior con la costa por el comercio, aunque no exista ninguna contrastación arqueológica, ya que los fenicios se centraban en la obtención de metales y en la explotación agroganadera. A partir del siglo V a.C., aparecía como recinto amurallado en las zonas donde era necesario, con clara posición defensiva. En algún momento de este periodo (V,IV,III a.C.), debieron construirse las murallas que aún hoy se conservan en la zona norte y en la sur del yacimiento. Es un tipo de plaza fuerte fortificada, oppidum, en la que no se han encontrado ninguna estructura de tipo rural intercalada entre los restos hallados. Esto hace pensar a algunos investigadores en un cambio en la estructura social en el seno de la población indígena, traducido en unas relaciones de dependencia personales y no de parentesco, basándose en la inexistencia de estruturas rurales diferenciadas a los appida, lo que indica que la propiedad de la tierra se encuentra concentrada en pocas manos, es decir, en la oligarquía local, en un principio los linajes o grupos de parentesco más fuertes. A grandes rasgos, cuando los romanos inician su proceso de conquista por el sur peninsular, se encuentran con una sociedad estratificada con una clase dominante identificada como Estado.
DESCRIPCIÓN DE ESTRUCTURAS ARQUEOLÓGICAS:
La mayoría de las construcciones que pueden apreciarse fueron excavadas en la década de los años 70 del pasado siglo XX, aunque ya a finales del siglo XVIII Juan Vegazo hizo el primer intento, excepto el Foro que por primera vez fue en 1970. Los arqueólogos que trabajaron en las excavaciones en 1997 dividieron la zona en cuatro grandes áreas para realizar los trabajos de reexcavación, como ellos dicen.

ÁREA 1: las terrazas existentes estuvieron ocupadas por diferentes construcciones, al menos en la época altoimperial, atendiendo a la gran cantidad de restos constructivos que aparecen amontonados a los extremos de éstas. En esta zona se encuentra un complejo estructural identificado como Termas o Baños Públicos. Se ha podido constatar la reutilización de parte del pavimento de ladrillo perteneciente a estas termas en la casa moderna que se hizo construir Juan Vegazo. Actualmente se encuentra vaciado casi en su totalidad, pero una parte ha quedado sin excavar. Por el tipo de material que han encontrado, datan al conjunto no más allá del siglo III d.C. La mayoría de restos cerámicos ibéricos se han encontrado en esta área, asociándose a una serie de estructuras estratigráficamente por debajo de las Termas. El segundo de los conjuntos que nos encontramos aquí, presenta dos momentos cronológicos claramente identificados. El primero de finales del siglo XVIII cuando Vegazo construyó su casa de dos plantas con tejado a dos aguas, abandonándola a finales del siglo XIX cuando quizá se dejó de explotar la viña y el lagar. El siguiente y más antiguo pertenece a la época romana. Parte de los muros los reutilizó Vegazo, notándose claramente los dos tipos de aparejo. Por la posición que ocupa esta edificación romana, parte del espacio ocupado por el Foro, parece tener una posición relevante dentro de la trama urbana.
ÁREA 2: el Foro o espacio público de Ocuri formaba parte del núcleo urbano en época romana. Existen unas estructuras murarias relacionadas entre sí con una doble funcionalidad. Por un lado se tratarían de muros de contención con los que se consiguen una plataforma superior y otra inferior y que presentan una serie de gárgolas para el drenaje de las aguas de lluvia. Por otro lado, delimitarían y embellecerían el espacio urbanizado contando con muros divisorios, asociados a los anteriores y que formarían parte de las construcciones públicas, presumiblemente. Algunos otros datos hacen que los arqueólogos se inclinen a pensar que es un espacio público romano: la presencia de dos pedestales que, aunque actualmente desnudos, presentaban cada uno de ellos dos inscripciones honorarias dedicadas a los emperadores Antonio Pío y Commodo y parte e las esculturas de ambos; se halló el ara dedicada a la sacerdotisa del culto imperial ; y la presencia de una entrada de dos metros de anchura en uno de los muros que comunicaba la plataforma inferior con otra superior, se cree, que a través de una escalera. Esta zona abarca otra construcción que, aunque presenta problemas de interpretación en cuanto a su funcionalidad, es de carácter doméstico. Se aprecia una cisterna o aljibe para el almacenaje de agua o de víveres (se han encontrado restos de ánforas), tres habitaciones y un pasillo con acceso a todas las dependencias, terminando con una puerta por la cara este que da al exterior, y otra por la cara oeste de la que no quedan restos del pavimento.
ÁREA 3: En este complejo hay que distinguir un momento romano y otro prerromano. Se conservan muros cortados por las estructuras romanas y de aparejo diferente a éstas. Correspondiente a época romana nos encontramos una gran cisterna o aljibe, una habitación paralela y unas escaleras de piedra caliza talladas, adosadas a la construcción, que darían acceso a una segunda planta hoy desaparecida. Los materiales encontrados no van más allá de los siglos II y III d.C. Hay una pequeña estructura de forma cuadrada que por sus dimensiones y elementos que la componen, parece tratarse de una fuente ornamental en un espacio abierto.
NECRÌPOLIS I Y II: son lugares de enterramiento y puede que también de culto. En torno a este edificio tendría que girar gran parte de la vida religiosa de la ciudad. Este complejo se encuentra bastante transformado por los trabajos de restauración de que ha sido objeto. Las excavaciones del 70 - 71 afectaron tanto al exterior como al interior. Al retirar la tierra de la parte superior, pudieron comprobar que posiblemente hubiera una segunda planta como lugar de culto, pudiendo estar ésta al aire libre, aunque no lo saben con seguridad. Su planta es rectangular con forma absidal. La entrada es a modo de trampilla a través de la cual se accedía a la cámara funeraria. Presenta una bóveda de medio cañón, hornacinas o nichos en la pared, unas más pequeñas para las urnas de incineración, y otras de mayor tamaño, aunque no el suficiente para enterramientos de inhumación, más bien para esculturas, imágenes de dioses o difuntos venerados. Existe una gran piedra tallada por uno de sus lados que se ha querido identificar como un ara. Hay una segunda necrópolis que ocupaba un perímetro de unos 6000 m2 en el que aparecen dispersos restos de posibles enterramientos en fosa, con claros signos de expolio y muy mal definidos a causa de la vegetación. Según Fray Sebastián, dichas fosas están construídas por muretes de piedra y argamasa, con cubierta de tégula o de losas de piedra. Se encuentra algo distanciada de la anterior Necrópolis pero debió ser el lugar de enterramiento habitual de los habitantes de Ocuri romana durante largo tiempo. La cronología de los enterramientos no ha podido ser aún definida por los arqueólogos.
Texto: monumental.net
Fotos: Opta Photos

lunes, 29 de noviembre de 2010

El año de Chanterella

Este año, gracias a lo que llovió el año pasado y a lo que promete este, se ha presentado como un gran otoño de setas en los bosques de Cádiz.
Todos los años hay una seta que explota de forma más numerosa que el resto, y este año le ha tocado a la Chantarella. La abundancia en los montes de Los Alcornocales ha sido tal que en la lonja su precio fresca ha caido hasta los 6 euros el kilo, algo impensable para un hongo silvestre.
Para los amantes de las setas, hay una galería con fotos de setas de Los Alcornocales en la página de Facebook de Opta Photos.

domingo, 17 de octubre de 2010

Denominación de Origen

Los pueblos de la serranía gaditana adscritos a la denominación de origen "Aceites de la Sierra de Cádiz" promocionan su producto con carteles como este que promueven la alimentación saludable y los productos de la tierra.